1. Lávese las manos con agua y jabón.

Pele los plátanos y corte en rebanadas con un grosor de ⅛ a ¼ de pulgada. Las piezas más gruesas tardan más en secarse.

3. Opcional: Sumerja en jugo de fruta ácida (de limón verde, limón, naranja o piña) para reducir la oxidación.  Espolvoree con canela u otros saborizantes si desea.

4. Seque hasta que las piezas se puedan doblar como cuero grueso y ya no se sientan pegajosas.

Horno:  fije en la temperatura más baja (175 a 200 grados F). Use horneado por convección si está disponible. Coloque las piezas en una sola capa en una rejilla de alambre o una charola para hornear. Una rejilla de alambre les ayuda a secarse más rápido. Una charola para hornear tarda más tiempo y hay que voltear las piezas durante el proceso de secado. Tarda de 1 a 3 horas.

Deshidratador: Coloque en una sola capa en rejillas del deshidratador.  Fije en 135 grados F; tarda de 6 a 12 horas.

5. Enfríe. Almacene en un recipiente o bolsa hermética.